Es una de las recomendaciones más frecuentes que se realizan en el mantenimiento de neumáticos, a pesar de todo muchas personas lo desconoce o no sabe muy bien por qué se debe hacer, a pesar de que también sea una recomendación de la DGT. Ya lo sabéis, si dos neumáticos se desgastan los nuevos tienen que colocarse detrás, aunque los anteriores a los que sustituye no estuvieran en esa posición. ¿Y por qué se hace esto? Por precauciones de seguridad que pueden ahorrarte un susto en la carretera.

En muchas ocasiones los neumáticos de un mismo eje son los que primero llegan al límite de desgaste, es una situación que puede darse con bastante regularidad. El motivo se debe sobre todo a la tracción de los neumáticos, ocurriendo que si el vehículo tiene tracción trasera serán los de este eje los que se desgasten primero, mientras que en el caso de la tracción delantera pasará lo contrario.

La causa principal por la que las ruedas las nuevas deben ir detrás es que se pueden producir deslizamientos y patinazos si los neumáticos traseros están más “planos” que los delanteros. Esto puede darse sobre todo en terrenos poco estables, curvas muy cerradas o suelos deslizantes, donde debemos saber que esta situación es muy complicada  de controlar, ya que se requiere una grande destreza para salvar esta situación si ocurriera. Sin embargo, si ocurriese lo mismo pero en el eje delantero, la pérdida de estabilidad es más fácil de manejar con el volante y no supone tanto peligro como en el caso del eje trasero.

Ventajas de colocar los neumáticos en el eje trasero

- El comportamiento del coche será similar al que conocíamos antes del cambio de neumáticos, porque el equilibrio de adherencia será idéntico.

- El agarré del eje trasero mejorará y podremos controlar y “pilotar” en caso de trompo.

- Evitamos que se queden viejos los neumáticos traseros.

 La seguridad vial es fundamental para todos, los detalles son importantes y no se deben dejar de lado.