A través del tubo de escape se evavúan los gases que se producen tras la combuestión que se produce en el interior de nuestro motor. El escape tiene relación con el rendimiento del vehículo.
Además, el sistema de escape modifica la toxicidad de los gases que se emiten al exterior, reduciendo las emisiones de CO2 gracias al catalizador y por medio del silencioso reduce el ruido que produce esta salida de gases.
Algunas de los problemas que puede producir el mal estado de nuestro sistema de escape pueden ser:
Nuestro coche perderá potencia.
El consumo de combustible puede aumentar.
Hay una mayor emisión de CO2 al exterior, con los problemas medioambientales que ello produce.
Nuestro vehículo emitirá un ruido grave y molesto que contribuirá a una mayor contaminación acústica.
Escucharemos una especie de sonido de “arenilla”, lo que nos indica que hay algún desprendimiento o deterioro en el interior del sistema de escape.
Cuando notes alguno de estos síntomas, desde Baldajos recomendamos la revisión o sustitución del escape. Aparte de esto, es conveniente realizar una inspección cada año o 40.000 km.