El líquido de frenos que se encuentra en el circuito de alta presión empuja a las pinzas que hacen que las pastillas de freno presionen los discos de las ruedas y por medio del rozamiento reducen la velocidad de giro de los mismos.
Si algún componente de este sistema no funciona adecuadamente, podemos poner en serio peligro nuestra seguridad y la del resto de vehículos.
Si percibimos alguno de estos síntomas, se hace necesario reparar alguno de los componentes del sistema de frenado:
Al frenar, el coche tiene tendencia a desviarse hacia un lado.
Cuando frenamos, percibimos movimientos inusuales en el volante.
Al pisar el pedal de freno lo notamos blando o “esponjoso”.
Es necesario ejercer mucha fuerza sobre el pedal de freno.
Algún testigo de alerta de frenado en nuestro coche está encendido.
Al frenar se escucha un sonido agudo de rozamiento entre metales.
Además, desde Baldajos recomendamos revisar periódicamente el estado de líquido de frenos, discos y pastillas. De esta menera podremos mantener un nivel de seguridad óptimo en nuestra conducción.
Mi compra: